La finalidad de la Odontopediatría es evitar que los niños padezcan problemas más graves en la edad adulta.
En el caso de que los padres no observen nada relevante en la dentadura de su hijo, se aconseja que la primera visita al odontopediatra sea en torno a los cuatro años. El especialista evaluará y supervisará su cepillado, y realizará una exploración visual buscando posibles problemas o anomalías. A los seis años, se supervisa el crecimiento facial y el encaje de las primeras muelas y piezas dentales.
En función de la salud dental del menor, las visitas periódicas al odontopediatra se realizarán una vez cada seis meses o una vez al año, en función de la salud dental y del desarrollo bucodental del niño.
El odontopediatra es el encargado de tratar también, a niños con necesidades especiales, como discapacidades físicas, mentales o sensoriales. En este caso, el especialista está especializado con técnicas psicológicas, tiene la capacidad o conoce técnicas para relajar al niño y tiene la capacidad para actuar ante situaciones inesperadas.